Insistencias de la letra

El 9 de mayo de 1957, ante un grupo de filosofía de la Federación de los estudiantes de letras de la Sorbona de Paris, Jacques Lacan pronunció un discurso que posteriormente redactaría bajo el título de La instancia de la letra en el inconsciente o la razón desde Freud, publicado ese mismo año en el número 3 de La Psychanalyse, cuyo volumen estuvo dedicado al tema “Psychanalyse et Science de l’Homme”.

Tal vez sobra mencionar la importancia que tomaría este discurso —a medio camino entre el habla y el escrito— para la enseñanza de Lacan. Subrayemos únicamente que más de una decena de veces Lacan remitió a su auditorio a su lectura, y en Lituraterre de 1971 la insistencia parece dar lugar a cierta extenuación: “¿Sería acaso letra muerta que haya puesto en el título de uno de esos fragmentos que dije Escritosde la letra la instancia, como razón el inconsciente?”[1]

Si 1953 fue crucial en el itinerario de Lacan, por ser el año en que dio a conocer su ternario, y en 1956 anunció un retorno a Freud que marcaría la pauta de sus próximos seminarios, Nancy y Lacoue-Labarthe destacan el momento particular en el cual tuvo lugar el discurso que daría como resultado el escrito de La instancia de la letra…: “Pronunciado y redactado en 1957, se sitúa casi a mitad del período en cuyo transcurso, entre dos exclusiones sucesivas provocadas por las sociedades psicoanalíticas a la sazón, el trabajo de Lacan ha producido sus efectos de ruptura más evidentes en el campo de la práctica y de la institución psicoanalítica”.[2]

La referencia a estas “exclusiones sucesivas” merece algunas precisiones. Mientras que la dimisión de la Sociedad psicoanalítica de París (SPP) en 1953 tuvo sus principales motivos en las decisiones tomadas por el grupo liderado por Sacha Nacht, la salida de la Sociedad francesa de psicoanálisis (SFP) en 1963 se debió no una “excomunión” (como Lacan la nombra en la primera sesión de su seminario de 1964, para después desmarcarse de ella) ni siquiera a una expulsión como tal, sino a una expresa renuncia por no ceñirse a los criterios establecidos por la Asociación Psicoanalítica Internacional (IPA).

A lo anterior habría que agregar un aspecto teórico relevante que no pasa inadvertido para Nancy y Lacoue-Labarthe: “En el mismo año [1957] apareció, en el número anterior de La Psychanalyse, el “Seminario sobre ‘La carta robada’”, texto capital que abrirá los Ecrits.[3] La mención a este escrito no es gratuita. Por una parte, en la “Obertura” a sus Escritos, Lacan le otorgó el privilegio de abrir la secuencia de la compilación, incluso a despecho de la diacronía.[4] Por otra parte, desde 1971 Jacques Derrida había manifestado su intención de trabajar dicho escrito “privilegiado”, lo cual vendría a materializarse con Le facteur de la vérité [El cartero de la verdad] publicado en 1975.

Así, la lettre (en su doble acepción de carta y letra) resulta capital, a raíz de las insistencias y las instancias que preside. De hecho, ambos autores parecen hallar un hilo conductor que va de un escrito a otro, aun salvaguardando las diferencias y particularidades de cada uno: “En La instancia Lacan propone esta vez para un público de universitarios, integrado por los estudiantes de la Sorbona que lo habían invitado, la carta [la lettre] que había extraído de Poe para su auditorio de analistas”.[5]

En efecto, el seminario sobre La carta robada de Edgar Allan Poe tuvo lugar durante mediados de mayo y agosto de 1956 en el anfiteatro de Sainte-Anne, ante un auditorio compuesto por discípulos y allegados a la enseñanza de Lacan. En cambio, el discurso del cual surgirá el escrito de La instancia de la letra… tuvo lugar en el anfiteatro Descartes de la Sorbona, ante un público de universitarios, particularmente estudiantes de filosofía y letras, y cuya “discusión prosiguió frente a unas copas” (Lacan dixit).

Este contraste entre ambos escritos no puede pasar desapercibido. Lacan estaba muy bien advertido del público al cual se dirigía. Mientras que en Sainte-Anne se encontraba con un público más advertido del psicoanálisis y de la psiquiatría, en la Sorbona se dirigía a un público que estaba al tanto de las últimas investigaciones de la lingüística de Ferdinand de Saussure y Roman Jakobson, de la antropología de Claude Lévi-Strauss y la filosofía de Martin Heidegger. Es por ello que Nancy y Lacoue-Labarthe ponen el énfasis en el “aspecto universitario” de este escrito de Lacan, aunque sea en su acepción de mero semblante, porque:

Se trata pues, de la primera verdadera intervención de Lacan en la Universidad, y en cierto modo constituye el símbolo —casi el acto mismo— del pasaje a lo “teórico” (¿podríamos arriesgamos a decir: el pasaje al acto —el acting-out— teórico?). En La Instancia, el psicoanálisis articula su teoría por sí mismo, en el campo teórico considerado como tal, o bien se articula sobre la teoría. Veremos cómo debe leerse este escrito como el texto de la articulación.[6]

Ya en un envío anterior desarrollamos algunos de estos puntos. Si “La instancia de la letra…” puede ser entendido como un texto de articulación es por la relación que ahí se establece entre el psicoanálisis y otras ciencias. El riesgo que los autores toman con la expresión “pasaje al acto teórico” resulta innegable. Nos parece que con ella han querido enfatizar el momento en que el psicoanálisis, después de la acogida teórica a la que se vio impuesto (incluso por la obra de Freud), trata de situar sus propios elementos y ensamblajes teóricos surgidos a partir de la experiencia analítica. 

Ahora bien, a partir del preámbulo que Lacan escribe, los autores creen encontrar la posición del escrito bajo la inscripción de un triple registro: 1) se trata de un discurso universitario o, al menos, dirigido a universitarios; 2) se trata de un discurso científico o, al menos, un discurso construido según el orden del saber; 3) se trata, también, de un discurso para los analistas y, en ese sentido, un discurso “de formación” (las comillas son de los autores).  Habremos de desarrollar (y problematizar) estos tres registros en el taller de lectura que hemos iniciado para le continuación de la revisión de los materiales trabajados hasta aquí.


[1] Jacques Lacan, “Lituratierra” en Otros escritos, tr. Graciela Esperanza y Guy Trobas, Paidós, Buenos Aires, 2012, p. 22.

[2] Jean-Luc Nancy y Philippe Lacoue-Labarthe, El título de la letra, tr. Marco Galmarini, EBA, Barcelona, 1980, p. 15.

[3] Idem.

[4] Jacques Lacan, “Obertura de esta recopilación”, en Escritos 1, tr. Tomás Segovia, Siglo XXI, México, 2009, p. 21.

[5] Nancy y Lacoue-Labarthe, El título de la letra, p. 15.

[6] Idem.

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