En su libro Sex and gender (1968), el psiquiatra y psicoanalista Robert J. Stoller plantea una diferenciación entre las nociones de “sexo” y “género” que terminaría siendo determinante en muchos estudios y campos posteriores. El sexo sólo habría de referirse a los componentes biológicos (fisiológicos o anatómicos) que distinguen a machos y hembras. El género, en cambio, abarcaría otros aspectos más socioculturales (comportamientos, sentimientos, pensamientos, fantasías), los cuales, si bien se hallan relacionadas con lo sexual, resultan independientes de los aspectos biológicos.
En aquel entonces, Stoller señalaba que si bien sexo y género llegaban a ser utilizados comúnmente como sinónimos en el habla cotidiana, el propósito de su estudio era confirmar el hecho de que eran independientes el uno del otro. Pero ¿será que esta distinción halla sus raíces en el campo freudiano? Es decir, ¿tendrá algún fundamento en la obra y los descubrimientos de Sigmund Freud? Al menos así lo es para Stoller.
En una nota a pie de página,[1] Stoller señala que Freud ya había dividido de este modo la sexualidad. Se remite al texto “Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina”, en el cual Freud distingue tres series de caracteres: 1) los sexuales somáticos (correspondientes al sexo); 2) los sexuales psíquicos (correspondientes al género); 3) y el tipo de elección de objeto (equivalente a la orientación sexual).[2] Ahí mismo, Freud advierte que “hasta cierto grado [estos tres] varían con independencia unos de otros y se presentan en cada individuo dentro de múltiples permutaciones”,[3] y esto a pesar de que cierta literatura tendenciosa habría dificultado su intelección.
Por supuesto, Freud no recurrió al término “género”, no sólo porque éste no había tomado la importancia que habría de adquirir años más tardes, sino porque en alemán no había cómo para traducir la noción anglosajona de “gender”. Según Jean Laplanche, el término alemán Geschlecht que Freud utiliza en numerosas ocasiones significa a la vez “sexo” y “género”.[4] De manera que, en diversas ocasiones, Freud puede estar recurriendo a Geschlecht en su acepción de “sexo biológico” y, en otras, en su acepción de “sexo sociocultural”, sin verse en la necesidad de separarlos o distinguirlos. Motivo que sería suficiente para hacer una relectura de los trabajos freudianos atendiendo precisamente esta cuestión.
Por ejemplo, en su texto “Sobre las teorías sexuales infantiles” (1908),[5] Freud se vale de la hipótesis de visitantes de otro planeta a quienes les daría curiosidad la presencia de “dos sexos” entre los seres humanos. Laplanche acota que en dicho pasaje habría que leer “dos géneros”, pues a lo que Freud se refiere es a la particular división de “hábitos” y “costumbres” entre ambos (por obra de los géneros masculino y femenino) y no a la división establecida por los órganos sexuales (sexos macho y hembra).
Queda mucho por decir sobre cómo la noción de “género” (en particular como “identidad de género”) proveniente del trabajo de Stoller fue rechazada por Jacques Lacan en la sesión del 20 de enero de 1971 de su seminario De un discurso que no sería (del) semblante, cuando a dicha noción le opuso la tesis de que “hombre” y “mujer” son sólo significantes que no significan nada en sí mismos mas que por su oposición (tengamos presente que se trata de un momento anterior a las fórmulas de la sexuación). Y quedaría más por decir sobre cómo Laplanche recurrió a la noción de género de Stoller desde la década de 1970, llegando incluso a señalar —algunos años más tarde— que el género no es binario, sino plural (como sucede en algunas lenguas, y sobre todo cuando no son pensadas en términos de un binarismo lingüístico de raigambre estructuralista). Asuntos que dejaremos para próximas publicaciones en este blog.

[1] Cfr. Robert J. Stoller, Sex and gender. The Development of Masculinity and Femininity (1968), Karnak Books, London, 1984, p. vi.
[2] Cfr. Sigmund Freud, “Sobre la psicogénesis de un caso de homosexualidad femenina” (1920) en Obras completas, vol. XVIII, Amorrortu, Buenos Aires, 2008 p. 163.
[3] Idem.
[4] Jean Laplanche, “El género, el sexo, lo sexual” (2003), Alter. Revista de psicoanálisis, Nº 2: El género en la teoría sexual, 2006. En línea: https://revistaalter.com/revista/el-genero-el-sexo-lo-sexual-2/937/
[5] Cfr. Sigmund Freud, “Sobre las teorías sexuales infantiles” (1908) en Obras completas, vol. IX, Amorrortu, Buenos Aires, 2007, pp. 183-201.

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